Mi expresión fue de sorpresa al leer hace un par de días, en la edición digital de la revista Semana, el siguiente titular: "Tatuajes que pueden salvar vidas". Me imaginé muchas cosas, pero no se me pasó por la cabeza que esa marca en el cuerpo, muy popular culturalmente en los últimos años, pudiera realmente salvar vidas.
¿Cómo? fue la pregunta que surgió inmediatamente leí el título de la nota. Continué con la lectura y ahí comprendí el nuevo uso del tatuaje. Ya no es estético, cultural o producto de una moda, las marcas con tinta en la piel se utiliza para comunicar mensajes vitales.
Lo que comunica los tatuajes es información dirigida a los servicios de emergencia y hablan de las enfermedades o alergias que posee una persona. Estas prácticas modernas se hacen para facilitar las acciones a las que deben recurrir a la hora de alguna emergencia.
El cuerpo pasó a otro estatus. Es un canal el cual porta mensajes de interés para muchos. Desde el concepto de la vida o su protección, incluso los gustos y las aficiones. Ese histórico culto al cuerpo, el cual se marca con imágenes representativas, hoy se apropia como una forma de salvar vidas.
El artículo de Semana habla del uso popularizado de esta práctica en adultos entre los 50 y 60 años, y desde luego, en jóvenes.
Al finalizar la lectura me quedó claro, que los tatuajes sí pueden salvar vida. Ya estoy pensando en marcar en mi brazo así sea mi grupo sanguíneo. ¡Uno nunca sabe!
Foto: toamda de www.diabetesadvocacy.com