20 may 2013

Una generación distinta de futbolistas


Fui testigo presencial y todavía me causa alegría por el hecho que presencié hace un par de días en la ciudad de Porto, Portugal. Fue un momento simple, pero con muchos elementos por rescatar. 

Se encotraron, a doce horas de distancia de Colombia, James Rodríguez Rubio, el 10 de la Selección Colombiana de Fútbol, y los dos mejores jugadores del Festival Ponyfútbol 2013, que juega su final en los meses de enero en Medellín.

Brayan y Anlly fueron a la mismísima casa del jugador del Porto y allí encontraron más que un jugador de fútbol, compartieron con un ser humano, que rompe los esquemas de la estrella del fútbol que uno se imagina y se muestra tal cual es: un niño, que se divierte jugando fútbol.

A sus 21 años, James se muestra lleno de sabiduría. Y se la expresó en todo momento a los pequeños. “Ustedes tienen que ser diferentes a todos, uno como joven siempre quiere salir, ir a fiestas, pero la diferencia está en lo que hagamos pensando en el deporte que nos gusta. Cuándo tuve 15 años quería dejar el fútbol, pero entendí que esto es mi pasión y uno no la puede dejar", aseguró el creativo, al compartir unas palabras con los dos pequeños.

Una generación que madura rápido
"En el fútbol uno debe estar siempre tranquilo. Uno debe tener mesura cuando gana o pierde y eso es madurez", esas palabras calaron en los pequeños de escasos 13 años de edad, que recibieron los consejos de alguien que es hoy un referente para todos.

Lo más interesante de todo, es que de esa misma estirpe son los Falcao, Martínez, Bacca, Ospina, entre otros, que son los nuevos  referentes del fútbol nacional, que no son ostentosos con su éxito, y  tienen una vocación de humildad.

El viaje a Porto, tuvo un segundo encuentro entre James y los niños. El volante los invitó a cenar como una forma de concluir el viaje. El ídolo del  Porto sumó una nueva característica a su condición como persona, fue un anfitrión exquisito.