24 oct 2011

El barco sin su capitán

Por Davis Zapata Correa

Las muertes de Steve Jobs y Julio Mario Santo Domingo nos pone a reflexionar sobre esas organizaciones que quedan acéfalas por la desaparición de su líder natural.

Aunque ambos personajes estaban retirados de sus organizaciones por causa de sus enfermedades, fueron y serán mitos al interior de los emporios que edificaron.

El industrial colombiano Santo Domingo y el genio de la informativa e innovación Jobs desaparecieron, pero sus legados quedarán vigentes. Cada uno se atrevió a construir empresa en dos mundos distintos, aunque su punto de encuentro fue la capacidad de liderazgo.

Ahora, pensemos qué pasará en el Grupo Santo Domingo o en Apple sin sus capitanes de barco naturales, cuando se entiende que el líder surge a partir de las necesidades del grupo. Y su función principal era guiar y dirigir, en cierto modo, establecer pautas de acción y reflexión que ayuden al desempeño de los demás.

Desde luego, a dichas organizaciones llegaron con antelación los reemplazos de Jobs y Santo Domingo, pero esos nuevos responsables de la organización deben estar en la labor de superar la incertidumbre del negocio tras la pérdida humana.

El liderazgo, la toma de decisiones, la administración de conflictos, la motivación y la dirección de grupos deben ser las banderas de esos nuevos capitanes de barco.

Armonizar y comprender será el segundo paso en la labor encomendada con la dedicación, pasión, credibilidad, tenacidad y coraje del caso.

Para concluir la reflexión, les propongo la siguiente frase del profesor Ítalo Pizzolante: “La compleja simplicidad de la palabra LIDERAZGO, encierra, más que nunca, grandes retos. Es compleja, porque la velocidad de los cambios sociales y la capacidad para comprenderlos y adaptarnos a ellos, es asimétrica. Resulta simple, porque son claras las expectativas de hombres y mujeres que, sin distingo de nivel, sólo esperan mayor bienestar”

Foto tomada de http://www.pantalla-hp.es/tag/hp-steve-jobs

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